Este es un problema gravísimo para nuestro medio ambiente ya que cada colilla de cigarrillo tarda una década en degradarse y es donde se acumula una gran parte de los componentes nocivos del tabaco, que además se liberan en contacto con el agua.
 
Hablamos de acetona, amoniaco o naftalina, arsénico, polonio, metanol, disolventes industriales o elementos radiactivo, lo que suponen un grave e incómodo problema ambiental en playas, océanos y mares, pero también como desencadenante de incendios forestales.
 
Cada colilla puede contaminar entre 8 y 10 litros de agua del mar y hasta 50 litros si se trata de agua dulce, y su ingesta puede ser una causa de mortalidad directa en aves y cetáceos.
 
Por eso, les pedimos encarecidamente que no tiren las colillas, razón por la cual instalamos estos contenedores en la Playa Principal mientras preparamos la odenanza que regulará la prohibición de fumar en nuestras playas.
#NoMásColillasenelSuelo
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